La inversión en metales preciosos, como el oro o la plata, ha sido históricamente considerada como una inversión en activos de refugio ante la incertidumbre y como protección contra la inflación. Es muy común ver que el precio del oro se aprecia considerablemente en escenarios de incertidumbre macroeconómica, tal como el que observamos durante al año pasado, ante la irrupción del coronavirus y su impacto sobre la economía global.

La forma básica de invertir en plata sería adquiriendo el metal físicamente, normalmente bajo la forma de monedas, así como bajo la forma de barras o lingotes. La cotización habitualmente se maneja en onzas Troy, donde cada onza Troy equivale aproximadamente a 31,1 gramos.